Concierto de LIsabö

No hay lugar pero si existe debería estar construido sobre pilares de esperanza ilegitima de sueños que huyen y se cuelan silenciosos en esta realidad imperfecta.

No hay lugar y nos gustaría ser eternamente nómadas, entre trozos imperfectos de tiempo del que nacen contradicciones que silencian nuestra burguesía acomodada.

No hay lugar, pero en un espacio imprevisible la confusión encontró su momento, y en unas dimensiones desconocidas se forjó una leyenda, de héroes que creíamos que ya no existían y del recuerdo reencontrado de hace casi veinte años. La nostalgia se convirtió en realidad y pilares de esperanza surgieron de la luz blanca fija que iluminaba el escenario.

Se balancean los cuerpos al ritmo duplicado, las distorsiones encuentran la respuesta en la incomodidad de materiales fríos. Grita y gritan, uno primero, otro después, se unen y se separan. Cerramos los ojos y subimos los brazos. El corazón confundido se lanza a seguir un ritmo que propone y otro que repone.

Sube el volumen y ellos tiene cada uno su sitio, de espaldas y muy junto donde el ruido aparece y desparece con un botón debajo de una luz roja.

Sube el volumen en el último aliento justo antes cuando ese no lugar desaparezca.

Dos guitarras y voces, dos bajos, dos baterías, y dos recuerdos, y uno, compartido.

Los no lugares de la noche de un ocho de febrero de 2025.

Oroimenik gabeko filma 
Amur inguratuta
Nkaeren teoria
Gordintasunaren otordu luzea
Murgilduta
Aukerak, ankerrak
Urpekaritza Baso Kiskalian
Gutariko bakaitza gara denok
Hazi eskukada I
Kristalezko Begiei So
Hemen naiz ez geldizeko baina