Micah P. Hinson and The Nothing

Micah P. Hinson
And The Nothing
Talitres, 2015

“Él bebía para mantenerse consciente. Era la única forma de olvidar ese dolor insoportable que recorría cada uno de sus huesos y que se alojaba en la cabeza como si fuera explotar. El dolor y la sangre eran los síntomas de un mismo desenlace que no tardaría en llegar. Bebía para poder alimentar sus recuerdos durante esos momentos de lucidez extranjera.

Ella, sin embargo, nunca bebía. Se sentaba en la mesa más alejada de la puerta de entrada, buscando la soledad y la inspiración en un bar lleno de frustraciones. A pesar de todo nunca pasaría desapercibida. Una chica joven y guapa en un bar donde sólo entran hombres terminales. 

Ella se acercó a la barra para pedir otro café y se encontró con su mirada perdida. Le preguntó en qué pensaba. Él contestó que intentaba recordar a su padre. Murió cuando él tenía 15 años y no lograba recordar su cara. Sí podía recordar gestos y expresiones. Recordaba que era capaz de jugar conmigo devolviéndome una pelota que rara vez era capaz de dar y que le pedía que tirarse otra vez sin descanso. Pero por más que se esforzaba era incapaz de recordar sus ojos, su boca, su nariz, su pelo…

Ella le invitó a su mesa del fondo del bar primero y a su habitación de la primera planta después. Él llevaba su botella de whisky barato y ella un montón de hojas escritas a mano. Mientras se vestía, ella hablaba de aquel personaje solitario que protagonizaba una novela por terminar y que sólo podía anticipar un triste final. Aún en la cama, él bebía. La sangre y el dolor manchaban las sábanas blancas. Ella sostenía su mirada perdida mientras se subía las medias y se abrochaba los zapatos. En el último instante, se puso de píe y saltó como si fuera parte de un número final que nunca pudiera olvidar.” 

Cada disco de Micah P. Hinson, independientemente de quién le acompañe o que fuera Santander el lugar escogido para grabarlo, es un nuevo lugar de encuentro para hombres terminales, que buscan con su mirada perdida fijar un momento donde recuperar la nostalgia. Sus canciones mezclan el alivio de la bebida para el que nada tiene que perder ya, con la euforia de un sueño que sobrevive sin juicios. Esa nostálgica tristeza que tratamos de fijar en el recuerdo con temas como The Quill o Sons of USSR, y el júbilo eufórico de How are you, just a dream o esa canción fantasma que cierra el disco y que, como si formara parte de un número final, alimenta el recuerdo para no olvidarlo jamás.

Micah P. HInson and The Nothing